Prozesioak ikasgeletan. Aste santua “ikasgaia”bihurtua/ Procesiones en el aula: la Semana Santa se convierte en una ‘asignatura’.
Publicaso en “www.publico.es”
Procesiones en el aula: la Semana Santa se convierte en una ‘asignatura’ en los colegios públicos andaluces
Al menos 60 centros públicos de la región realizan procesiones en horario lectivo.

Daniel Martínez
Sevilla-16/04/2025
A la hora del recreo nadie juega. El patio está vacío y el timbre de vuelta a clase lo sustituye la corneta y el repiqueo de tambor. Marcando los pasos de manera sincronizada los alumnos se sientan en los pupitres. Los ensayos para la procesión de Semana Santa del colegio ya han comenzado. Según datos de la asociación Andalucía Laica esta escena se repite en la comunidad autónoma en al menos 117 colegios, 60 públicos y 57 concertados, antes de las fiestas de Semana Santa.
Los pasos se celebran el viernes antes de las vacaciones. Imágenes religiosas llenan los pasillos de los centros mientras que los niños se disfrazan de legionarios o nazarenos y las niñas con mantilla. Muchos padres y madres ven estas procesiones en miniatura como algo entrañable. En cambio, otras como Pilar Márquez, madre de dos hijos en el CEIP Neill de Málaga, lo considera adoctrinamiento: “Son solo niños y se ven envueltos en ese ambiente aunque no participen. Es una actividad que debería darse en la asignatura de Religión y no afectar el horario lectivo de los demás”, comenta.
Muchos progenitores consideran que excluyen a sus hijos al no profesar la religión cristiana. Marco Güeto tiene a su hija de siete años en un colegio público de Burguillos, Sevilla, y este curso ha decidido no llevarla a clase el día de la procesión. “No dan una alternativa para los alumnos que no quieren participar. Los encierran en un aula mientras ven al resto de sus compañeros en el patio”, explica. Ellos se sienten desplazados, y la hija de Güeto aún no entiende porqué ese día falta al colegio. En el caso de Márquez, uno de sus hijos es autista. “Tiene necesidades especiales y para él la rutina es muy importante. Con estas actividades se le trastoca ese día a día“, declara.
Año tras año, Güeto alza la voz contra esta actividad. En 2023 llegó a contactar con el defensor del pueblo andaluz (dPA), Jesús Maeztu, para que mediase en el conflicto. Según afirma Güeto, Maeztu se presentó en el colegio pero la directora ni siquiera quiso recibirle. No es la primera vez que el dPA se ve envuelto en un conflicto así. En 2019 en Guillena y Mairena de Aljarafe, ambas localidades de Sevilla, medió ante quejas de padres y madres que no veían con buenos ojos los simulacros de procesiones. En esta ocasión daba la razón al centro y emitió un escrito donde apunta que se trata de una actividad complementaria que no infringe la normativa vigente.
En otros centros la tónica ha sido distinta. Algunos padres del CEIP Neill de Málaga fueron más allá. Acudieron a Andalucía Laica y llevaron una reclamación hasta la Junta de Andalucía. La asociación se escuda en la aconfesionalidad del Estado, recogida en el artículo 16 de la Constitución, y en la laicidad de la educación pública andaluza, plasmada en el artículo 21 de su Estatuto de Autonomía.
La Consejería de Educación de la región emitió una resolución. Primero habla de la procesión como una actividad complementaria aprobada en el consejo escolar y apunta que es voluntaria. Además, recuerda que la Semana Santa fue declarada Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial en 2017. Sin embargo, el observatorio de laicidad de Andalucía Laica cuenta con quejas de padres a centros públicos por este hecho al menos desde 2009.
Pablo Laguna, técnico de este departamento, contabiliza 150 colegios en toda España donde realizan procesiones. 86 son públicos, 60 de estos en Andalucía, mientras que los 64 restantes son concertados. Laguna explica que estos datos son recabados a través de denuncias de padres que llegan a la asociación. “Muchos prefieren hacerlo de esta manera para mantener el anonimato. En ocasiones genera conflictos entre vecinos y es una situación delicada para los progenitores y sus hijos”, explica
Es el caso de Julio, que no quiere identificarse para no perjudicar a su hijo. Julio solo es capaz de lanzar preguntas sin respuesta: ¿Por qué no se puede hacer fuera del horario lectivo? ¿Por qué el último día de clase mi hijo en vez de tener una actividad lúdica tiene que ser excluido de su clase por motivos religiosos? La cultura no puede ser excluyente dentro de una institución pública”.
Una situación diferente a la de Daniel Rojo, de Villaviciosa, Córdoba. Él contactó junto a otros progenitores con Andalucía Laica. Quiso dar la cara pese a que en principio le mirasen con recelo y han conseguido que este año su colegio cambie de postura y no haga la procesión. “Creo que la religión no tiene que estar en los centros de enseñanza. Los niños son muy pequeños y no saben realmente de qué va todo esto”, explica Rojo.